El mineral amianto se ha utilizado durante casi 150 años para fabricar productos que pueden soportar un alto nivel de calor, como el aislamiento de tuberías de vapor y las pastillas de freno. Hace unos 70 años, las comunidades científica y médica empezaron a comprobar y documentar los importantes riesgos que supone para la salud la inhalación de fibras de amianto. Entre las conclusiones más importantes de estos estudios figura una lista de industrias y ocupaciones que presentan el mayor riesgo de exposición a productos que contienen amianto.
Los trabajadores que corren un riesgo más evidente son los empleados en la extracción y molturación de amianto y en la fabricación de productos que contienen amianto. La empresa Johns Manville era el principal fabricante de aislantes de amianto y materiales similares. Sus empleados estaban constantemente expuestos a fibras de amianto, y sus demandas de indemnización por daños a la salud llevaron a la empresa a la quiebra. Pero los trabajadores de otras industrias también corrían riesgo de exposición a productos de amianto.
Los trabajadores de la construcción solían estar expuestos al amianto porque este mineral se utilizaba en el aislamiento de tuberías y en productos ignífugos. Los trabajadores de la demolición de edificios y la retirada de paredes secas estaban expuestos con frecuencia a fibras de amianto. Las personas empleadas en la industria de la construcción naval y en los oficios marítimos también tenían un alto riesgo de exposición porque el amianto se utilizaba para aislar calderas y tuberías de vapor. Una tercera categoría era la de los mecánicos de automóviles que retiraban los forros de freno; el amianto se utilizaba para fabricar pastillas de freno debido a su gran resistencia al calor.
A medida que se fueron conociendo los riesgos para la salud derivados de la exposición al amianto en la década de 1970, tanto los estados como el gobierno federal promulgaron leyes y reglamentos que prohibían el uso del amianto y exigían a los fabricantes de productos de amianto que advirtieran de los peligros del material para la salud. Además, ahora se exige a los empresarios que proporcionen equipos de protección, como máscaras de inhalación y trajes para materiales peligrosos, a los empleados que deban trabajar cerca de productos fabricados con amianto. Estos métodos han reducido en gran medida el riesgo de exposición al amianto, pero el amianto sigue estando presente en el medio ambiente y el riesgo aún no se ha eliminado.
Fuente: Hoja informativa del Instituto Nacional del Cáncer, "Exposición al amianto y riesgo de cáncer"