Un estudio reciente realizado por el Programa de Enfermedades Pulmonares Intersticiales (EPI) del Centro Médico Universitario Columbia ha revelado una relación entre los primeros signos de enfermedad pulmonar y la exposición en el lugar de trabajo a vapores, gases, polvo y humos. La enfermedad pulmonar intersticial es un término médico utilizado para describir más de 100 tipos de enfermedades, caracterizadas por fibrosis en los alvéolos pulmonares. Las enfermedades pulmonares intersticiales incluyen el pulmón negro, causado por la inhalación de polvo de minas de carbón, la asbestosis, una enfermedad del amianto que afecta a los pulmones y que suele ser mortal, y la sarcoidosis pulmonar, una enfermedad inflamatoria atribuida a menudo a la exposición a sustancias tóxicas.
Según la Fundación de Fibrosis Pulmonar, cada año mueren aproximadamente 40.000 estadounidenses, entre ellos ciudadanos de Carolina del Norte, a causa de una enfermedad pulmonar intersticial. Se desconocen las causas de muchas enfermedades pulmonares intersticiales. Por ello, el grupo de investigación del estudio trató de identificar las causas de los cambios tempranos en los pulmones que preceden al desarrollo de las enfermedades pulmonares intersticiales. El objetivo del grupo de investigación era identificar el papel de una posible causa de las EPI -la exposición en el lugar de trabajo- en los cambios visibles en los escáneres pulmonares, pero que no producen síntomas.
Cinco mil setecientos dos participantes con enfermedades cardiovasculares se sometieron a un TAC torácico al inicio del estudio y seis años después. Estos participantes informaron de su exposición a sustancias nocivas, y los investigadores también se remitieron a los datos de estimaciones de exposición del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (NIOSH).
Según el NIOSH, las personas más expuestas presentaban áreas de atenuación más elevadas (características de la EPI), siendo las áreas de atenuación más elevadas las de las personas expuestas al polvo o al gas. La inhalación de estas sustancias nocivas puede provocar enfermedades especialmente graves, como cáncer relacionado con el amianto, cáncer de pulmón o mesotelioma mortal.
Según los autores del estudio, los que declararon haber estado expuestos a vapores o gases tenían casi el doble de riesgo de sufrir anomalías intersticiales. Uno de los autores del estudio recomienda que los trabajadores obtengan los nombres genéricos de cualquier sustancia potencialmente nociva en el lugar de trabajo y, a continuación, revisen la ficha de datos de seguridad de los materiales -que pueden proporcionar los empresarios- de cada una de ellas para averiguar si alguna está relacionada con enfermedades pulmonares. Para reducir los casos de enfermedad profesional o muerte relacionada con el trabajo, los trabajadores también deben seguir las instrucciones del empresario sobre el uso de equipos de protección y seguridad.
Fuente: Gulf Times, "Workplace fumes linked to signs of lung disease", Shereen Lehman, 13 de agosto de 2017.