A menudo discutimos los riesgos únicos a los que los miembros de la Marina de los EE.UU. estuvieron, y siguen estando, expuestos durante su tiempo en el servicio en lo que respecta al amianto. Los veteranos y los trabajadores de los astilleros son especialmente susceptibles a las enfermedades relacionadas con el amianto debido a la exposición prolongada y concentrada al material tóxico que se utilizaba habitualmente en los buques de la Armada. Pueden haber dormido cerca de tuberías recubiertas de amianto o trabajado en salas de máquinas donde se levantaba polvo de amianto al sustituir válvulas, bombas y juntas.
En los casos en que Veteranos de la Armada desarrollan una enfermedad causada por la exposición al amianto, ellos o sus familias pueden optar por presentar una demanda contra las empresas negligentes que contribuyeron a su exposición. Las acciones legales no sólo pueden aumentar la concienciación sobre este problema, sino que también pueden dar lugar a una indemnización para las víctimas y sus familias.
Recientemente, por ejemplo, la familia de un hombre que trabajó en el Astillero Naval de Filadelfia presentó una demanda contra nueve empresas que fabricaban productos de amianto que se utilizaron en los buques de guerra en los que trabajó. Su empleo comenzó en la década de 1960, pero no fue hasta 2010 cuando se le diagnosticó mesotelioma. Falleció sólo seis meses después de ser diagnosticado.
Como tantos otros que trabajaron en buques de la Armada, el hombre estuvo expuesto al amianto que se utilizaba en tuberías, aislamientos, empaquetaduras, juntas, turbinas, motores y cables. Inicialmente, la familia recibió una oferta de $2.500 para resolver el caso antes del juicio. Sin embargo, rechazaron la oferta y recientemente un jurado les concedió $7,25 millones por la muerte por negligencia del hombre.
Este caso es un buen recordatorio para nuestros lectores en North Carolina de que responsabilizar a una parte negligente por sus acciones puede dar lugar a una compensación financiera significativa para aquellos que han sido devastados por una enfermedad relacionada con el amianto. El dinero no puede deshacer su imprudencia o traer de vuelta a un ser querido, pero puede servir como una forma de castigar a las partes apropiadas y obtener las víctimas y sus familias el dinero que se merecen.
Fuente: The Intelligencer, "Jurado concede $7.25M en Langhorne demanda de un hombre de amianto," 13 de marzo de 2014