El mesotelioma es una enfermedad mortal que se cobra innumerables vidas cada año. Entre las ocupaciones más comunes se encuentran los trabajadores de la construcción, los equipos de demolición, los renovadores de viviendas, los bomberos y quienes trabajan en entornos industriales y centrales eléctricas. Cerca de un tercio de las demandas corresponden a veteranos de la Armada y trabajadores de astilleros públicos.
Una industria menos destacada que otras es la de los artistas del barro y la cerámica. Los materiales aparentemente inofensivos con las que trabajan suelen combinarse con talco, un mineral que suele estar contaminado con amianto. La arcilla, también conocida como barbotina, se utiliza para crear cerámicas que contienen talco y amianto. Los conos de los hornos contienen vermiculita contaminada con amianto mortal.
La exposición a las fibras sueltas relacionadas a través del aire puede exponer a los artistas al amianto mientras ejercen sus oficios. Existen casos de exposición al amianto que afectan a artistas de la arcilla y la cerámica. Aún más alarmantes son los mismos materiales en las escuelas de todo Estados Unidos.
Ya en 2007 sonó la alarma sobre los posibles peligros para los estudiantes. El Departamento de Salud Pública de Connecticut (DPH) se comunicó con el superintendente de escuelas del estado, advirtiendo de la posible contaminación por amianto en las arcillas artísticas utilizadas por los estudiantes.
La confirmación de que la arcilla se utilizaba en las escuelas hace más de 15 años no hace sino alimentar el temor de que los peligros existían mucho antes del descubrimiento inicial. Los alumnos y los profesionales podrían haber estado expuestos sin saberlo.
Descubrir otra industria en la que es posible la exposición al amianto es un descubrimiento devastador. El mesotelioma sigue siendo una enfermedad sin cura. Aunque continuamente se introducen tratamientos más vanguardistas, el diagnóstico sigue representando una revelación devastadora que se traduce en un futuro incierto.