Los bomberos se enfrentan a un alto riesgo de exposición al amianto

North Carolina Los bomberos se enfrentan a peligros como el humo, el fuego y las explosiones. También pueden estar expuestos al amianto, causante de enfermedades mortales como el mesotelioma y la asbestosis. Las fibras de amianto son más peligrosas cuando se alteran y se liberan al aire, lo que suele ocurrir cuando arden edificios y los bomberos están dentro intentando apagar el fuego. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, los bomberos padecen el doble de mesotelioma maligno, una enfermedad mortal relacionada con el amianto, que la población general.

Una pieza importante del equipo de seguridad, un aparato de respiración autónomo (ERA), ayuda a evitar que los bomberos inhalen fibras de amianto en suspensión en el aire. El Instituto Nacional certifica los ERA para la Seguridad y la Salud (NIOSH) tras someterlos a rigurosas pruebas para garantizar que ofrecen una protección adecuada frente a sustancias químicas y patógenos nocivos. Aunque los bomberos suelen llevar ERA, que ayudan a limitar su exposición al amianto por inhalación, las fibras de amianto también pueden adherirse a su ropa, piel o pelo. Estas fibras pueden transferirse de una superficie a otra, provocando exposición pasiva al amianto.

Por lo tanto, además de utilizar el ERA, los bomberos deben tomar otras precauciones antes de abandonar el lugar del incendio, como quitarse la ropa de abrigo, el calzado y cualquier equipo que pueda contener fibras de amianto. Estos artículos deben lavarse a fondo en la estación y antes de regresar a casa. La piel se vuelve más permeable a medida que aumenta su temperatura, por lo que los bomberos también deben asegurarse de lavar toda la piel expuesta lo antes posible.

Debido a estos riesgos laborales únicos y al mayor riesgo de cáncer entre los bomberos, los Estados -incluido el North Carolina- han desarrollado leyes de presunción que establecen la probabilidad de que ciertos tipos de cáncer sean enfermedades profesionales. Los síntomas de las enfermedades relacionadas con el amianto, como el mesotelioma, pueden tardar décadas en manifestarse, y sólo se descubren cuando la enfermedad ha progresado hasta una fase avanzada.

Por lo tanto, es imperativo que los bomberos vigilen de cerca y con regularidad su salud para que puedan buscar tratamiento a tiempo, cuando el tratamiento de las enfermedades es más eficaz. Los bomberos y sus familiares a los que se les haya diagnosticado una enfermedad mortal relacionada con el amianto deben recurrir a un asesor jurídico con experiencia y conocimientos a la hora de presentar reclamaciones.

en_USEN