Personas de todo el mundo, que trabajan en todas las industrias y viven en todo tipo de condiciones, pueden correr el riesgo de haber estado expuestas al amianto. El dolor y el sufrimiento que padecen las víctimas tras ser diagnosticadas de una enfermedad como el mesotelioma son similares, al igual que la devastación que sufren sus familias cuando un ser querido fallece como consecuencia de una afección relacionada con el amianto.
Cada muerte por negligencia como resultado de la exposición al amianto es trágica. Y aunque no hay dos personas iguales, las condiciones en las que sufren pueden ser muy similares. Las personas que han visto lo que el mesotelioma o la asbestosis pueden hacer a un ser querido entienden que no hay demanda o cantidad de dinero que pueda deshacer el daño que se ha hecho. Sin embargo, responsabilizar a una parte negligente por la exposición al amianto puede dar a la gente una sensación de justicia.
Tras décadas trabajando en la construcción, un canadiense empezó a notar que le costaba superar un día normal. Nunca fumaba ni bebía, y le encantaba salir a correr largas distancias, hasta que un día descubrió que no podía completar una carrera rutinaria. Tras visitar al médico, le diagnosticaron un mesotelioma. El cáncer le había atacado los pulmones y le dificultaba la respiración. El hombre falleció cinco meses después.
El periodo de incubación del mesotelioma significa que las víctimas de la exposición al amianto a menudo no muestran síntomas hasta décadas después de haber inhalado la fibra tóxica en su organismo. Cuando una persona presenta síntomas y es diagnosticada, puede ser demasiado tarde. El cáncer se propaga rápidamente y las víctimas pueden fallecer poco después de enterarse de que están enfermas. Desgraciadamente, esto es frecuente entre las víctimas del mesotelioma.
Aquí es donde los familiares y seres queridos pueden intervenir para luchar por una persona que ha fallecido. Con apoyo legal, las familias pueden rastrear el momento y el lugar de la exposición y responsabilizar a un empleador o fabricante de productos negligente por una pérdida sufrida décadas después. Los riesgos del amianto se conocen desde hace mucho tiempo, y es probable que se hubiera podido proteger a un ser querido de la inhalación de amianto en lugar de acabar con su vida.
Fuente: The Vancouver Sun, "Deadly asbestos-related disease 'heart-wrenching' for families", Gordon Hoekstra, 27 de febrero de 2013.