La tercera oleada de víctimas del amianto incluye a los "espectadores

Casos notificados de mesotelioma y otras enfermedades pulmonares asociadas a la exposición al amianto siguen aumentando. Una de las razones podría ser el hecho de que puede haber un intervalo de 40 años entre la exposición y los síntomas visibles. Dado que el amianto se utilizaba habitualmente hasta hace unos 20 años, ahora se está empezando a diagnosticar enfermedades mortales a muchas personas. Algunas de estas víctimas pueden haber sido niños en el momento de la exposición y pueden considerarse parte de la "tercera ola" de enfermos.

Un artículo sugiere que hay tres grupos generales de personas que acaban sufriendo enfermedades graves causadas por la fibra tóxica. Lamentablemente, el tercer grupo puede ser el de las víctimas más jóvenes.

En lo que se ha dado en llamar la primera oleada de víctimas se encuentran las personas que trabajaban directamente en las minas y manipulaban el amianto en bruto. Como aún no se conocían los peligros de la exposición, las primeras víctimas no disponían de ningún tipo de protección en el trabajo. A menudo, abandonaban el lugar de trabajo cubiertos de polvo de amianto.

La segunda oleada de víctimas está formada por los trabajadores que manipulaban materiales que contenían amianto. Trabajadores de la construcción, carpinteros, techadores e incluso miembros de la Marina han estado especialmente expuestos a estos materiales. A pesar de que ahora conocemos los peligros asociados a la manipulación del amianto, éste sigue existiendo en materiales más antiguos, por lo que esta segunda oleada de víctimas sigue estando expuesta.

Por último, la tercera oleada de víctimas está formada por quienes probablemente nunca trabajaron con amianto y se denominan "transeúntes". Estas víctimas vivían o trabajaban en lugares donde había amianto, pero pueden haberlo ignorado por completo. En otros casos, estas víctimas son las que lavaban la ropa cubierta de amianto o se acurrucaban con su padre cuando éste volvía de trabajar en las minas. Estas víctimas también pueden ser bastante jóvenes, ya que la exposición se produjo a una edad temprana.

La exposición al amianto puede tener efectos de gran alcance en las personas. Un minero que manipuló amianto directamente puede no desarrollar mesotelioma, pero una persona que trabaje con los productos fabricados con ese material sí. Incluso la esposa del minero puede acabar desarrollando la enfermedad. El peligro de este producto tóxico sigue evolucionando y las víctimas siguen sufriendo.

Fuente: Great Lakes Advocate, "El amianto afecta ya a la tercera oleada de víctimas", Stephanie Gardiner, 30 de marzo de 2012.

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