Hay algunos trabajos que requieren que los trabajadores manipulen o estén en presencia de materiales inseguros. Esta exposición puede ser prácticamente inevitable. Pero cuando los trabajadores están expuestos a una sustancia tóxica o a un producto peligroso en el trabajo, es fundamental que tengan acceso a equipos de protección que puedan mantenerlos a salvo.
Cuando se trabaja con amianto, por ejemplo, los trabajadores pueden beneficiarse considerablemente si disponen y utilizan ropa de protección. Según la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo de EE.UU.Los empresarios están obligados a proporcionar esta ropa a los empleados que trabajan en entornos con niveles de amianto superiores a los permitidos.
La ropa de protección que debe proporcionarse incluye:
Estos artículos proporcionan una protección fundamental porque forman una capa entre la fibra tóxica y la persona, lo que dificulta el contacto del amianto con la piel, los ojos, las manos y la boca de la persona.
Sin embargo, no basta con proteger a los trabajadores durante un trabajo activo. Una vez finalizado el trabajo, esta ropa debe quitarse y limpiarse adecuadamente para que el polvo y las fibras de amianto no se arrastren ni vuelvan a liberarse al aire. También es importante inspeccionar periódicamente la ropa de protección para asegurarse de que no tiene agujeros ni desgarros que puedan hacer que el equipo sea vulnerable o ineficaz.
Los trabajadores tienen derecho a trabajar en un entorno seguro y a recibir la protección adecuada frente a los peligros en el lugar de trabajo. Quienes no están protegidos pueden acabar muy enfermos como consecuencia de la exposición a sustancias tóxicas. Los empresarios que no proporcionen este equipo podrían enfrentarse a graves multas de la OSHA y a posibles demandas legales de víctimas que hayan desarrollado enfermedades relacionadas con el amianto.