En los últimos años, se ha producido una oleada de demandas presentadas contra Johnson & Johnson, una marca conocida y respetada, por exposición al amianto y cánceres relacionados. Los demandantes alegan que, debido a los productos en polvo para bebés contaminados, corrían un mayor riesgo de contraer cánceres mortales.
Johnson & Johnson fabrica productos para el baño y el cuerpo desde hace muchos años, incluidos los llamados polvos de talco para bebés, que los padres suelen aplicar en los culos mojados para prevenir la dermatitis del pañal.
Muchas mujeres también han utilizado habitualmente este producto para mantener la zona genital seca y libre de olores, sobre todo en los meses cálidos o en épocas de intensa actividad. Los polvos de talco se comercializaban precisamente con este fin. Ahora, parece que el uso de polvos de talco en los genitales puede provocar cáncer de ovario y otros tipos de cáncer, a menudo mortales.
¿Qué es el amianto y por qué es importante?
El amianto es un mineral natural que las empresas han utilizado en el pasado para una serie de fines que van desde el aislamiento hasta las pastillas de freno. Por desgracia, que sea natural no significa que sea seguro. Para algunas personas expuestas al amianto, el resultado final muchos años después es el desarrollo de mesotelioma, un cáncer mortal del revestimiento de los pulmones y otros órganos.
Las empresas y los médicos conocían el peligro del amianto desde hacía décadas, pero aun así llegó a los productos de consumo. Pruebas recientes han demostrado que algunas formas de polvos de talco pueden contener niveles inseguros de amianto, poniendo en peligro a los consumidores. Las personas con cánceres relacionados con el uso de polvos de talco han presentado demandas contra los fabricantes, incluida Johnson & Johnson. Los demandantes alegan que las empresas no realizaron las pruebas de seguridad adecuadas y no etiquetaron los productos como potencialmente peligrosos.
Una nota interna demuestra que la empresa conocía los riesgos de contaminación
Los memorandos y documentos internos de la empresa, que se remontan a principios de los años setenta, dejan claro que esta empresa de productos de salud y belleza sabía desde hacía décadas que cualquier cantidad de amianto en sus productos podía suponer graves riesgos para la salud de sus clientes más vulnerables: los bebés.
La nota más incendiaria concluye que el talco para bebés contaminado con un 1% de amianto estaría muy por debajo del límite legal de la época para los mineros del amianto. Supusieron que si los bebés inhalaban su producto, seguirían estando a salvo, ya que la concentración de amianto inhalado sería demasiado baja para causar daño. Debido a esta suposición, Johnson & Johnson concluyó que su producto era seguro.
Aunque la empresa llegó a la conclusión de que el nivel de exposición en los lactantes sería inferior al umbral legal, el hecho de que los ejecutivos estuvieran discutiendo esta cuestión pone en tela de juicio la afirmación de la empresa de que sus productos de talco siempre han estado libres de amianto. Es muy posible que Johnson & Johnson fuera consciente de la contaminación potencial y continua por amianto, pero decidió negarlo por miedo a reducir sus beneficios. Hacerlo podría hacerles responsables en demandas presentes y futuras relacionadas con cánceres potencialmente conectados con el uso de polvos de talco.