En Estados Unidos, muchos productos químicos no se someten a pruebas adecuadas a largo plazo antes de ponerse a disposición del público. Las pruebas básicas de seguridad suelen limitarse a examinar las repercusiones a corto plazo de los nuevos productos y sustancias químicas sobre la salud. Años más tarde, puede resultar obvio que estos nuevos productos realmente plantean riesgos significativos para la salud pública. El popular producto químico herbicida Roundup, también conocido como glifosato, es uno de ellos.
Durante mucho tiempo, la empresa que creó el compuesto, Monsanto, ha mantenido que es seguro para su uso en cultivos y para la exposición en humanos. Sin embargo, cada vez son más los casos que relacionan el popular herbicida con cánceres graves en humanos. Para quienes han desarrollado estos cánceres sin otra explicación, puede ser posible responsabilizar al fabricante de los peligros causados por este herbicida vegetal.
Una demanda en San Francisco pone de manifiesto los riesgos para quienes trabajan con Roundup
El lunes 9 de julio de 2018 comenzó un importante caso judicial en San Francisco. Un jardinero que lleva años trabajando en la zona ha demandado a Monsanto por su diagnóstico de linfoma no Hodgkin. Él y sus abogados afirman que utilizaba tanto Roundup como un producto similar llamado Ranger Pro de forma rutinaria como parte de su trabajo de control de plagas en un distrito escolar local.
A menudo utilizaba un tanque de 50 galones para rociar grandes cantidades de producto. Muchas veces, cuando había viento, acababa en su cara. Una vez, tras romperse una manguera, todo su cuerpo acabó empapado del compuesto. Tras ese incidente, leyó la etiqueta y se puso en contacto con la empresa porque le salió una erupción. Nunca le advirtieron de que podía provocar cáncer.
Le diagnosticaron un linfoma no Hodgkin a los 42 años. El cáncer en su caso es agresivo y lo más probable es que resulte mortal. La víctima busca ahora una indemnización de Monsanto para compensar sus gastos médicos y el impacto que tendrá en su vida y en la de su familia.
Monsanto sigue insistiendo en que el Roundup es seguro
Al modo tradicional de las empresas, Monsanto se niega en redondo a reconocer la posibilidad de que el Roundup haya causado daños a alguien. Incluso ante la evidencia, las empresas suelen resistirse a aceptar la responsabilidad por el impacto de sus productos. A los consumidores no les queda más remedio que acudir a los tribunales en busca de compensación.
Actualmente, Monsanto sigue luchando contra el estado de California sobre un posible etiquetado del glifosato como agente cancerígeno. Su negativa a etiquetar adecuadamente el medicamento puede acabar ayudando a los casos judiciales de víctimas como el que se está llevando a cabo actualmente en San Francisco. Hay cientos de otras demandas también pendientes en relación con el mismo tema, y muchos enfermos de cáncer de todo el país creen que el Roundup es responsable de los cánceres contra los que luchan actualmente.