Aunque el amianto está presente en el aire y todo el mundo respira un poco del aire ambiente, el problema surge cuando alguien se expone a niveles concentrados de la sustancia tóxica durante un periodo de tiempo. La forma más común de que esto ocurra es a través de la exposición ocupacional en la que los empleados están en presencia de amianto día tras día en su entorno de trabajo. Cuando esto ocurre, en North Carolina o en cualquier otro lugar del país, a menudo se producen lesiones o muertes por negligencia a causa de enfermedades como el mesotelioma.
Los instaladores de tuberías y los maquinistas son algunas de las profesiones que suelen sufrir una exposición prolongada a dosis letales de amianto. El amianto suele estar presente en los edificios que se demuelen y, cuando lo está, es importante manipularlo con cuidado para retirarlo y eliminarlo, utilizando equipos de protección y protocolos de seguridad. Esto es especialmente importante en estructuras previamente dañadas por incendios o desastres naturales que pueden haber dejado suelto o expuesto gran parte del material que contiene amianto.
El amianto se encuentra en la naturaleza en forma de rocas fibrosas. Hoy en día se utiliza en más de 3.000 productos distintos, que van desde materiales de construcción como baldosas, paneles de yeso, aislantes, tuberías de agua, tablas de madera y tejas para tejados hasta artículos de uso común como cuerdas, cemento o ropa ignífuga. También se encuentra en electrodomésticos, como las estufas, y componentes como los forros de freno.
Desde mediados de los años setenta, los peligros del amianto han sido ampliamente reconocidos y la Agencia de Protección del Medio Ambiente empezó a promulgar normativas destinadas a proteger a las personas que trabajan habitualmente cerca del amianto, como los maquinistas o los instaladores de tuberías. Para estos trabajadores, la exposición sin el equipo de protección personal adecuado puede ser extremadamente peligrosa.
Fuente: KRMG, "Experto: el público no entiende bien el amianto", Russell Mills, 9 de octubre de 2012.