¿Cuáles son los síntomas y signos del mesotelioma?

Es posible que las personas que han estado expuestas al amianto, ya sea hace 40 días o 40 años, ni siquiera se hayan dado cuenta de que su salud puede haber estado en peligro como consecuencia de esa exposición. Las personas pueden respirar fácilmente partículas de polvo que contienen amianto día tras día sin saber que las fibras de amianto pueden estar causando graves daños a sus pulmones y otros órganos.

Por desgracia, cuando la gente se da cuenta de que está luchando contra una enfermedad causada por el amianto, ya es demasiado tarde para que el tratamiento sea eficaz. La trágica realidad de las enfermedades relacionadas con el amianto, como el mesotelioma, es que los síntomas pueden tardar décadas en manifestarse, e incluso entonces la enfermedad puede diagnosticarse erróneamente como algo mucho menos grave. Las personas que saben o creen que han estado expuestas al amianto deben ser conscientes de cuáles son los primeros síntomas del mesotelioma para poder buscar atención médica lo antes posible.

El mesotelioma es un cáncer que puede producirse cuando el amianto penetra en el organismo de una persona y provoca daños en el mesotelio, una fina capa de membranas que rodea los pulmones, el corazón, el abdomen u otro órgano de una persona. A partir de ahí, pueden desarrollarse tumores cancerosos y empezar a crecer. Pueden pasar varios años hasta que esto ocurra, pero en algún momento el cáncer puede volverse muy agresivo; esto significa que el diagnóstico precoz puede ser crucial.

Según la Clínica Mayo, síntomas del mesotelioma pueden variar en función del lugar del cuerpo en el que crezca el cáncer. Para quienes padecen mesotelioma pleural, un tipo común que afecta a los pulmones, los síntomas incluyen:

  • Tos dolorosa
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Protuberancias de tejido que se desarrollan bajo la piel, localizadas en el pecho.
  • Dolor bajo la caja torácica
  • Falta de aliento

Por desgracia, estos síntomas también pueden ser indicadores de otras afecciones. Algunos de ellos no son necesariamente graves, por lo que es posible que los médicos no se preocupen tanto por realizar pruebas adicionales o prescribir tratamientos agresivos.

Por eso es tan importante estar atento a cualquier posible exposición al amianto en el pasado. Compartir esta información con un médico puede mejorar las posibilidades de un diagnóstico preciso y rápido. Y con apoyo legal, las víctimas pueden trabajar para conseguir una indemnización que les ayude a cubrir los costes de una atención sanitaria prolongada y extensa.

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