Contratista expuesto al amianto durante un proyecto de construcción

Es probable que las personas que trabajan en la construcción conozcan los peligros del amianto. Esta peligrosa fibra se utilizó durante décadas en todo tipo de materiales, desde fontanería hasta aislamiento. Muchos edificios todavía contienen amianto, que se considera relativamente inofensivo si no se altera. Sin embargo, los proyectos de construcción y demolición a menudo levantan este amianto, que es cuando puede ser respirado por los trabajadores. Con demasiada frecuencia, esta exposición acaba causando problemas de salud graves y mortales, incluido el mesotelioma.

Por eso es crucial que propietarios notificar a los trabajadores de la construcción si hay amianto en un edificio. Con las advertencias adecuadas, los trabajadores pueden protegerse de la inhalación del polvo. Sin embargo, no todos los propietarios se toman en serio esta responsabilidad. Por ejemplo, un hombre afirma que los propietarios de una prisión en Canadá no le notificaron debidamente la presencia de amianto antes de un proyecto que le expuso al material peligroso.

Según los informes, el hombre tenía una empresa de construcción y fue contratado para sustituir 160 lavabos e inodoros que había en la prisión. Había solicitado un informe que identificara cualquier material peligroso con el que pudiera estar trabajando, incluido el amianto, pero afirma que nunca se lo facilitaron. Estaba ya muy avanzado el proyecto de construcción cuando el hombre descubrió que gran parte de las piezas de fontanería contenían amianto.

El hombre dice que él y sus trabajadores habían estado respirando amianto en el aire y llevándoselo a casa a sus familias en la ropa de trabajo sin saberlo. Su equipo había estado en contacto directo con el amianto durante una semana mientras retiraban las juntas de los aseos. Muchas de las juntas eran difíciles de quitar, por lo que los trabajadores tuvieron que raspar, esmerilar y limar muchas de ellas. Se dieron cuenta demasiado tarde de que las juntas estaban hechas de amianto para protegerse adecuadamente.

Antes de que empezaran las obras, el hombre afirma que deberían haberle informado de que había amianto en las tuberías. Los informes indican que la presencia de amianto en el edificio era bien conocida, ya que los funcionarios de prisiones que trabajaban en el edificio habían expresado su preocupación por su propia seguridad.

Las verdaderas consecuencias de esta negligencia pueden no percibirse hasta pasados muchos años. Una persona puede tardar hasta 40 años en empezar a mostrar síntomas de las enfermedades y cánceres que provoca el amianto.

Fuente: CBC News, "Un contratista se enfrenta a Obras Públicas tras exponerse al amianto," Julie Ireton, 25 de abril de 2013.

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