¿Cómo deben tratar el amianto los constructores de viviendas?

Muchas personas en North Carolina poseen casas antiguas y deciden que ha llegado el momento de remodelarlas. Otros cambian de casa, una actividad normalmente rentable que consiste en comprar una casa, remodelarla y volver a ponerla en el mercado en un breve periodo de tiempo. Estas casas antiguas pueden presentar un potencial de mejora o beneficio, pero también pueden contener peligros únicos, como el amianto, si se construyeron antes de que se promulgaran las prohibiciones y normativas sobre el amianto.

La exposición al amianto puede provocar enfermedades graves como el mesotelioma y la asbestosis. Por lo tanto, es imprescindible poder identificar si hay amianto en la casa y saber cómo manipular los materiales que contienen amianto antes de remodelarla. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos ofrece algunas directrices útiles para identificar y manipular el amianto de forma segura.

El amianto no puede identificarse simplemente mirándolo; será necesario analizarlo. Los remodeladores no deben intentar tomar muestras por sí mismos, sino dejar el muestreo y el análisis en manos de un profesional acreditado en amianto. El material sólo debe analizarse en busca de amianto si está dañado o va a ser alterado. Según la EPA, los materiales que contienen amianto que se alteran liberan fibras nocivas que pueden ser inhaladas, mientras que los materiales que contienen amianto que no se alteran no liberan fibras nocivas y, por lo tanto, no es probable que supongan un riesgo para la salud.

También se debe recurrir a profesionales formados y acreditados para manipular el amianto una vez identificado. Repararán el amianto sellándolo o cubriéndolo, o lo retirarán por completo. Aunque la legislación federal no exige que los profesionales formados y acreditados reparen o retiren el amianto, algunos estados sí lo hacen, como por ejemplo North Carolina. North Carolina también sigue normas específicas relativas a la gestión del amianto, incluido el Programa de Gestión de Riesgos del Amianto y las Normas Nacionales de Emisión de Contaminantes Atmosféricos Peligrosos.

La EPA recomienda crear un contrato con un amianto profesional que incluya todas las normativas federales, estatales y locales aplicables que deben seguirse junto con un plan de trabajo y limpieza. Una vez finalizado el trabajo, un profesional debe controlar el aire en busca de fibras de amianto. Si se siguen todos estos procedimientos, se reducirá en gran medida el riesgo de contraer una enfermedad relacionada con el amianto a causa de la remodelación.

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