Las personas que se inscriben en un seguro de enfermedad confían en que su proveedor actuará de buena fe y les ayudará a cubrir sus gastos médicos. Como informó recientemente el Salisbury Post, a veces los empresarios y las compañías de seguros no cumplen con su deber.
Esto es precisamente lo que ocurrió en el caso de varios antiguos trabajadores de Durafiber. La planta cerró el 12 de septiembre de 2017, pero Blue Cross había asegurado a los participantes en el plan de salud que tenían cobertura hasta el 30 de septiembre de 2017.
Un exempleado, Velvie Gray, tuvo gastos médicos superiores a $60.000 tras someterse a un procedimiento en agosto de 2017. Blue Cross rechazó su reclamación, obligándole a pagar de su bolsillo una parte significativa de lo que debía.
Debía más de $18.000. Blue Cross también rechazó la cobertura de los medicamentos y la fisioterapia que necesitaba para recuperarse tras la intervención.
A pesar de denegar las reclamaciones de Gray y otros, Blue Cross tenía la obligación desde el principio de proporcionar cobertura. Ofreció prestaciones sanitarias colectivas a los trabajadores de Durafiber en el marco de un producto de servicio administrativo exclusivo (ASO).
Frank Papa, director general de Durafiber, y Erwin Bette, director financiero de Durafiber, eran conscientes de que el acuerdo ASO permitiría a Blue Cross ignorar las reclamaciones de los empleados. Sin embargo, a los directivos de Durafiber no les importaba porque así minimizarían sus costes y obligaciones ante la quiebra y el cierre de la planta.
El fallo, en este caso, es doble. Durafiber tenía la obligación de financiar el plan de salud colectivo, y Blue Cross tenía el deber de facilitar información precisa a los participantes sobre su cobertura.
Las consecuencias para los empleados de Durafiber, ahora en paro, fueron asombrosas. Tuvieron que hacer frente a unos gastos médicos inesperados y abrumadores, sin forma de pagarlos. Esto supuso un golpe devastador para el bienestar general de los antiguos trabajadores.
Las acciones del ejecutivo de Durafiber y de Blue Cross son censurables. Hemos ayudado a los antiguos empleados de Durafiber a organizar una demanda colectiva y les representaremos para ayudarles a recuperarse.