Aumenta la preocupación tras hallarse amianto en un colegio

Las personas que han oído hablar del amianto suelen asociar esta fibra tóxica con las máquinas industriales, los trabajos de construcción y los buques militares. Es cierto que estos son sólo algunos de los entornos en los que el amianto se utilizaba habitualmente y que aún pueden encontrarse hoy en día. Sin embargo, es posible que la gente se sorprenda al saber que el amianto sigue al acecho en lugares que muchos de nosotros visitamos con regularidad.

En los últimos años, por ejemplo, amianto en las escuelas de North Carolina y de todo el país. Los edificios escolares no pasan necesariamente por las frecuentes renovaciones y trabajos de construcción que suelen hacer los edificios de oficinas o las viviendas. Esto significa que muchos de ellos todavía contienen productos que se fabricaron con amianto hace décadas, y están empezando a deteriorarse. Sin duda, los padres, los niños y los empleados de las escuelas pueden estar preocupados por su seguridad.

Recientemente, una escuela encontró amianto en las baldosas del suelo de una de las alas del edificio y tuvo que cerrar toda la zona para poder retirar las baldosas. Como es lógico, la gente estaba preocupada por su seguridad, pero los responsables del centro se apresuraron a asegurar a los padres y al personal que se estaban tomando todas las medidas de seguridad para proteger el resto de la escuela.

Durante décadas, el amianto se utilizó en materiales de construcción por sus cualidades ignífugas y por ser relativamente barato. Los fabricantes utilizaban la fibra en todo tipo de materiales, desde aislantes y baldosas hasta tuberías. Sin alterar, el amianto no representa una amenaza significativa. Sin embargo, una vez alterado o deteriorado, las fibras se liberan al aire, donde pueden respirarse fácilmente. Así es como las personas desarrollan mesotelioma o cáncer de pulmón.

Las escuelas, en particular, pueden pasar largos periodos entre renovaciones y reparaciones, dejando que el amianto permanezca en el edificio y se desmorone por el abandono. La financiación y los recursos pueden dificultar la resolución de estos problemas, pero es crucial que, si se encuentra amianto en un edificio, se tomen las medidas adecuadas para evitar que las personas se vean expuestas a las fibras cancerígenas.

Fuente: WAAY, Rachel Keith, 7 de marzo de 2014.

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