No cabe duda de que la exposición al amianto es peligrosa. Puede causar daños irreparables en los pulmones y otros órganos vitales de una persona, y debe evitarse siempre que sea posible. Por desgracia, millones de personas estuvieron expuestas al amianto hace décadas y puede que ni siquiera fueran conscientes de que corrían el riesgo de respirar fibras tóxicas.
Desde entonces, miles de personas mueren cada año de enfermedades causadas por esa exposición. Una de estas enfermedades relacionadas con el amianto es asbestosis. Esta enfermedad pulmonar crónica puede ser devastadora y, lamentablemente, no hay forma de curarla o revertirla. Sin embargo, hay tratamientos disponibles que pueden mejorar y prolongar la vida de una persona y obtener ayuda lo antes posible puede ser crucial.
La asbestosis, al igual que otras enfermedades causadas por la exposición al amianto, puede ser muy difícil de diagnosticar. Según Clínica MayoLos síntomas de esta enfermedad se asemejan a los de otras afecciones que no tienen nada que ver con el amianto, lo que significa que las personas a menudo tienen que someterse a distintos tipos de pruebas y tratamientos para descartar otras posibles causas.
Sin embargo, una vez hecho el diagnóstico, puede buscarse un tratamiento eficaz. Para ello puede ser necesario que la persona se someta a cirugía o terapia, y puede haber disponibles dispositivos para facilitar la respiración.
El gasto de visitar al médico, someterse a pruebas y tomar medicamentos puede resultar abrumador. Además de estas facturas médicas, puede haber costes derivados de la pérdida de salarios, facturas de tarjetas de crédito que pueden empezar a acumularse y otros gastos que pueden ser difíciles de gestionar cuando la salud de una persona se deteriora.
Para recuperar parte o la totalidad de estos costes, muchas personas recurren a menudo a los tribunales. Presentar una demanda contra la parte responsable de la exposición al amianto en primer lugar puede ser una forma eficaz de obtener una indemnización por los daños sufridos como consecuencia de una enfermedad relacionada con el amianto. En lugar de intentar afrontar este complicado -pero crítico- proceso en solitario, las personas en esta situación suelen trabajar con un abogado que puede luchar por los derechos de las víctimas perjudicadas por la exposición al amianto.