Los habitantes de North Carolina conocen desde hace tiempo el amianto como causante de varios tipos de enfermedades discapacitantes y mortales, como el mesotelioma y la asbestosis. Un nuevo estudio vincula ahora amianto a una serie de trastornos autoinmunes que afectan a los pulmones.
El estudio se centró en la población de Libby, Montana, un pueblo cuyos residentes sufrían diversas enfermedades relacionadas con el amianto causadas por las fibras suspendidas en el aire procedentes de una mina de amianto cercana. La mina comenzó a funcionar en 1916 y produjo fibras de amianto, llamadas Zonolite por los propietarios de la mina, durante más de cincuenta años. Muchos de sus residentes padecieron y murieron a causa de enfermedades relacionadas con el amianto.
Las fibras de amianto se clasifican como "serpentina" o "anfíbol". La mayoría de los estudios sobre la relación entre el amianto y el cáncer se han centrado en la fibra serpentina llamada amianto crisotilo, pero los investigadores que llevaron a cabo el estudio de los residentes de Libby descubrieron que las fibras de amianto anfíbol activan el sistema inmunitario del organismo y se asocian a la producción de autoanticuerpos, que atacan a las células sanas. Los investigadores pudieron aislar a un grupo de víctimas de Libby que han desarrollado enfermedades pulmonares muy graves y agresivas distintas del cáncer como consecuencia de la exposición al amianto. Muchas de estas personas sucumbieron a infecciones respiratorias y no a cáncer.
El hecho de que la investigación se haya centrado en un grupo de víctimas que viven en Montana no significa que las personas que viven en otros lugares no corran el riesgo de desarrollar la nueva enfermedad autoinmune. El amianto Zonolite se incorporó a la fabricación de miles de productos que contenían amianto y que se utilizaron en todo el mundo, exponiendo así potencialmente a muchos miles de personas a la nueva enfermedad autoinmune que se está estudiando. A las personas que padecen una enfermedad autoinmune causada por la inhalación de fibras de anfíboles se suman ahora las miles de personas que sufren cáncer causado principalmente por fibras de amianto crisotilo.
Al igual que los enfermos de mesotelioma y asbestosis, estas personas pueden reclamar daños y perjuicios a los fabricantes de estos productos. Estas personas deberían consultar a un médico experto en enfermedades respiratorias y a un abogado con experiencia en este tipo de reclamaciones para que evalúe su caso.
Fuente: MedPage Today, "El amianto revisitado: Una nueva enfermedad autoinmuneNancy Walsh, 29 de julio de 2014