Los problemas de salud que afectan a los pulmones suelen ser muy graves. Las personas pueden ver disminuida su capacidad pulmonar y tener dificultades para respirar. Es posible que necesiten utilizar máquinas portátiles de oxígeno y a menudo tienen dolor torácico. Una enfermedad de este tipo puede alterar considerablemente la vida y la salud de una persona. Por eso puede ser tan perjudicial que las enfermedades pulmonares se diagnostiquen lo antes posible, cuando el tratamiento puede ser más eficaz.
Por desgracia, cuando los pulmones han sido dañados por el amianto, los médicos pueden tardar décadas en ser capaces de detectarlo. Una vez que una persona empieza a experimentar síntomas, puede ser crucial acudir al médico de inmediato para que pueda realizar pruebas que permitan identificar las enfermedades relacionadas con el amianto. Como este artículo en cancer.gov notas, los médicos disponen de varias formas de detectar anomalías pulmonares.
Las tres pruebas que se utilizan habitualmente son:
Muchas personas que han expuestos al amianto tendrán que someterse al menos a una de estas pruebas para determinar si la exposición ha provocado daños o anomalías.
Estas pruebas pueden resultar incómodas, atemorizantes y estresantes para cualquier persona que se encuentre en esta situación, pero puede ser esencial que la gente no las posponga. Deben realizarse cuanto antes, para que cualquier problema se identifique rápidamente y pueda iniciarse el tratamiento.
Una vez que la atención médica y el tratamiento están en marcha, los pacientes y sus familias pueden explorar sus opciones para solicitar una indemnización por su enfermedad.