Cuando vuelve a salir el sol tras una gran tormenta en North Carolina, la gente se pone manos a la obra para limpiar. La lluvia, los fuertes vientos y las inundaciones tienen un impacto inmediato en las estructuras y el paisaje. Algunos efectos persistentes sobre la salud y el medio ambiente causados por los daños de las tormentas son ya bien conocidos.
La contaminación del agua y el moho son problemas frecuentes. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades recomienda utilizar agua embotellada mientras se limpia el suministro de agua. Para tratar grandes extensiones de moho, el CDC recomienda contratar a un profesional, aunque los residentes pueden limpiar pequeñas áreas con una solución de lejía. Los residentes de North Carolina están acostumbrados a hacer frente a este tipo de problemas y a menudo cuentan con la ayuda de organismos de socorro en caso de catástrofe.
Un peligro oculto
Lo que puede no ser tan obvio es el importante peligro que suponen los materiales de construcción arrancados y esparcidos por una tormenta.
En concreto, los edificios más antiguos aún pueden contener amiantoque se ha prohibido en las nuevas construcciones. Los suelos, las tejas y el aislamiento se fabricaban a menudo con este material, que puede plantear graves problemas si se inhala. Las fibras de amianto no son visibles a simple vista, y la alteración de los materiales de construcción que contienen amianto permite que las diminutas fibras se desprendan y floten en el aire. La inhalación de partículas de amianto puede causar enfermedades pulmonares mortales, entre ellas mesotelioma.
Manipulación segura
Las personas que recogen escombros de construcción pueden reducir la amenaza del amianto mojando bien el material antes de moverlo, para evitar que las fibras floten sueltas. Los métodos de eliminación del amianto están regulados y exigen que los camiones cargados de materiales que contengan amianto estén cubiertos cuando se transportan para su eliminación. La quema puede ser un método tentador para deshacerse de los escombros de las tormentas, pero quemar materiales de construcción que contienen amianto es ilegal y peligroso. El fuego hace que las fibras se dispersen en el aire.
La mejor manera de tratar el amianto liberado en una tormenta North Carolina es contratar a un experto en reducción de amianto. Una empresa certificada puede realizar una limpieza exhaustiva y segura y liberar a los propietarios de la preocupación por el peligro del amianto.
Si alguien resulta perjudicado por una manipulación negligente del amianto, existe un recurso legal. Un abogado con experiencia en lesiones personales sabrá cómo obtener una indemnización por los efectos adversos para la salud que pueden derivarse de la inhalación de amianto.