La exposición al amianto puede provocar cáncer en algunos pacientes. Existe una relación directa entre la exposición a estas fibras y el cáncer de mesotelio y de otras partes del cuerpo, en gran parte debido a la cicatrización que provocan.
En 2018, un estudio científico determinó por fin por qué las fibras de amianto suelen provocar cáncer en las personas que han estado expuestas. La Fundación Nacional Suiza para la Ciencia determinó que las fibras de amianto largas y puntiagudas seguirían irritando la zona que las rodea. Esa irritación provocaría entonces una inflamación crónica y un mayor riesgo de cáncer.
El amianto provoca cáncer: Es indiscutible
Es indiscutible que el amianto provoca cáncer. La exposición crónica crea una mayor probabilidad de cáncer, porque el sistema inmunitario se desequilibra. Trabaja tanto para combatir las fibras durante tanto tiempo que se produce una inflamación crónica. El sistema inmunitario se debilita, lo que provoca una incapacidad para luchar contra la formación de tumores.
El amianto provoca una serie de microlesiones que pueden conducir a la proliferación celular. Cuando el amianto atraviesa los pulmones y llega a la capa que rodea los órganos, conocida como mesotelio, el sistema linfático ya no es capaz de eliminar esas fibras afiladas y puntiagudas. En el mesotelio, las fibras de amianto se quedan pegadas, causando daños regulares y persistentes en los tejidos. Con el tiempo, esto conduce al cáncer.
Lo que quizá no sepa es que el amianto es químicamente inofensivo. A pesar de ello, las lesiones causadas por las pequeñas fibras desencadenan una respuesta inflamatoria y favorecen el desarrollo de tumores a través de la proliferación de células T. El ARN también muta, lo que dificulta, si no imposibilita, que el organismo luche contra la formación de tumores. El resultado es el desarrollo del cáncer.
Reconocer los primeros signos de inflamación en el organismo y desarrollar terapias para prevenirla. cáncer mesotelial son ambas opciones, según el estudio.
El mesotelioma es difícil de tratar y puede tener un impacto duradero en su vida. Si lo desarrolla, recuerde que la parte que le expuso al amianto puede ser responsable de sus lesiones. Es una buena idea hablar con tu abogado y con los profesionales médicos sobre todas las opciones que tienes.