Mucho después del cierre de una mina o empresa, las que contenían o fabricaban amianto siguen poniendo en peligro a los residentes de la zona. Tanto si se deshicieron indebidamente del amianto no vendido o no utilizado como si sus esfuerzos de limpieza no estuvieron a la altura de las expectativas, todavía puede existir el riesgo de desarrollar una enfermedad relacionada con el amianto.
En varias ocasiones hemos hablado en este blog de la ciudad de Libby, Montana. Anteriormente, la ciudad albergaba una planta y una mina de amianto, y durante décadas la zona estuvo cubierta de polvo de amianto. En los últimos años, sin embargo, los esfuerzos de limpieza se han intensificado. Sin embargo, una zona que permanece intacta es un bosque cercano. Hay 35.000 acres que contienen árboles que pueden estar afectados por el amianto. Se están llevando a cabo investigaciones para determinar qué se puede hacer con estos árboles.
Una solución que se está estudiando es talar los árboles después de retirar el amianto. Basándose en el número de árboles del bosque, los expertos sugieren que se pueden producir 425 millones de pies tablares si los árboles son cosechables. Sin embargo, a la gente aún le preocupa que los árboles estén contaminados con amianto y que cualquier producto resultante que utilice los materiales contaminados también sea peligroso.
Las autoridades sugieren, sin embargo, que la corteza de los árboles es la única parte que se ha visto afectada por la exposición al amianto. La madera que hay debajo, creen, debería ser segura.
El peligro que esto supondría es que no hay respuestas concretas que determinen el nivel real de contaminación en el bosque. Los niveles de amianto que existen son difíciles de medir y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. tiene previsto seguir investigando la opción de la tala al tiempo que considera también otras soluciones.
Sólo en esta ciudad, 3.000 personas han estado expuestas a niveles potencialmente nocivos de amianto liberado en el aire, absorbido por el suelo e incorporado a las casas. Unas 400 personas han muerto como consecuencia de la exposición al amianto y 1.700 han enfermado. Es probable que otras personas de la zona sigan desarrollando enfermedades relacionadas con el amianto durante bastante tiempo.
Fuente: The Republic, "Logging a possibility for asbestos-laden forest in northwest Montana", 18 de noviembre de 2012.