Este blog ha escrito repetidamente sobre dos temas: la presencia continuada de amianto en el medio ambiente y los peligros asociados a la renovación de edificios antiguos en los que el uso del amianto era habitual. Este último tema es especialmente importante en North Carolina y otros estados con grandes reservas de edificios construidos antes de la Segunda Guerra Mundial. Ahora estos dos temas se han unido de forma sorprendente en relación con la renovación de una de las estructuras más modernistas e icónicas de Estados Unidos: el Gateway Arch de San Luis.
Pocas estructuras simbolizan tan dramáticamente la América de posguerra como el Gateway Arch. Sus líneas limpias y llamativas casi dicen "Aquí no hay amianto". Pero ahora, una renovación multimillonaria del Arco se ha visto frenada por el descubrimiento de productos que contienen amianto en el museo subterráneo del Arco. Aunque no se han detectado fibras de amianto en las zonas públicas del Arco ni en el museo, la posibilidad de contaminación en el sótano sigue siendo alta. El 3 de noviembre, unos trabajadores cortaron una tubería y descubrieron un aislamiento de amianto. Los trabajadores se dieron cuenta entonces de que habían cortado en la misma tubería un mes antes. Este descubrimiento significaba que se habían liberado fibras de amianto en los espacios del sótano durante los treinta días transcurridos. El Servicio de Parques Nacionales, que gestiona el Arco y sus terrenos, cree que 50 empleados del servicio estuvieron expuestos a las fibras suspendidas en el aire.
El coste de la limpieza del amianto, aproximadamente $350.000, es una parte minúscula del presupuesto global de renovación, que asciende a $380 millones. No obstante, el peligro que representa el amianto es muy grave, y no se podrá proseguir ninguna obra hasta que el amianto esté completamente eliminado.
El descubrimiento de fibras de amianto en el aire en una estructura tan indiscutiblemente moderna como el Gateway Arch demuestra que esta sustancia sigue constituyendo una grave amenaza para la salud. Cualquier persona que crea que ella o un ser querido pueden haber estado expuestos a fibras de amianto debe someterse a un examen médico competente. Si el diagnóstico es positivo para una enfermedad relacionada con el amianto, como el mesotelioma o la asbestosis, es posible que desee consultar a un abogado que se especializa en el manejo de demandas de responsabilidad por productos basados en la exposición al amianto. Un abogado con experiencia en este campo puede proporcionar una evaluación útil del caso y la probabilidad de recuperar daños y perjuicios por gastos médicos, pérdida de ingresos y dolor y sufrimiento.
Fuente: Louis Business Journal, "El amianto podría retrasar el proyecto Arch y añadir $350.000 de coste". Diana Barr, 28 de enero de 2016